Mientras 18.000 fans vibraban dentro del Palacio de Congresos de Madrid al son de Shakira otros 3.000 no pudieron entrar por haber comprado una entrada que resultó ser falsa. Ese mismo día muchos fueron los que se fueron a la comisaría más cercana a poner una denuncia y la policía ya ha abierto una investigación.

Este es el caso de una redactora de nuestro medio. Ella adquirió las entradas a través de la web Viagogo, intermediaria entre dos particulares que venden y compran entradas. Por una entrada para el concierto de Shakira del pasado día 19 en Madrid pagó casi 90 euros más 41,64 euros en gastos de gestión, IVA y envío. Aquí está incluida la garantía de que dicha entrada no es falsa.
Pero en esta ocasión la web también podrá tomar medidas legales ya que la entrada vendida a la periodista terminó siendo falsa, pese a estar timbrada en papel oficial y llevar el logo de El Corte Inglés impreso. Una fuente del centro comercial nos confirmó que se habían vendido entradas falsas para el concierto desde todos los sistemas de ventas.
La web ya se ha comprometido a devolver el dinero a la afectada, que pudo comprar el mismo día del concierto otra entrada por 51,50 euros. La organización de la gira ‘Sale el Sol’ de Shakira decidió poner a última hora un número de entradas a la venta porque una vez montado el escenario se comprobó que había visibilidad para ello. La promotora no está obligada en ningún caso a hacerlo.
Ellos fueron los que dieron la voz de alarma a los guardas de seguridad de la puerta tras comprobar que se duplicaba el número del código de barras de algunas entradas.
Desde Live Nation, la promotora, lamentan lo ocurrido e insisten en que las entradas deben adquirirse a través de su página web o en los establecimientos autorizados. Además dan la voz de alarma de lo que supone la venta de entradas falsas más allá del varapalo para los fans que pagan un dinero por nada.
Si las entradas falsas no se detectaran a tiempo se podría dar el caso de que miles de personas acceden a un recinto con una capacidad limitada. Más allá del follón de que dos personas tengan el mismo asiento se pone en peligro la evacuación del reciento en caso de urgencia.
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