Ellos lo sabían mejor que nadie: el anuncio traería consigo asedio periodístico y todo tipo de rumores. Por eso, y en virtud de la relación de afecto y negocios que los mantiene unidos desde hace casi once años, Shakira y Antonito de la Rúa decidieron armar un meticuloso “plan de separación” que se mantuvo latente durante los últimos cinco meses y que, mediáticamente, detonó esta semana.
“De común acuerdo”, “distanciamiento temporal”, “pareja en lo profesional” y “etapa sensible” podrían ser algunos de los términos a resaltar en el comunicado oficial con el que la pareja hizo conocer la noticia de su ruptura sentimental el lunes pasado. Y mientras el mundo se desayunaba de la “novedad”, ellos descansaban en el Hotel du Palais, el palacio en Biarritz que Napoleón III alguna vez hizo construir como símbolo de su amor por Eugenia de Montijo.
El secreto. La separación entre la cantante y el hijo del ex presidente Fernando de la Rúa, esa que tantas veces se había anticipado y desmentido, fue un hecho en agosto pasado. Sin embargo, las obligaciones contractuales que mantendrían a Shakira ocupada y siempre a la vista de la prensa –la promoción de su nuevo disco, la grabación de videoclips, el comienzo de su gira mundial– hicieron que la distancia se guardara en secreto, aún para sus propias familias.
“Que uno estuviera en Los Angeles y otro en Madrid era lo más común. Por eso pasó tan desapercibida la ruptura, porque no significó que dejaran de vivir juntos. Además, nunca perdieron la cordialidad ni el afecto en la relación y, de vez en cuando, coincidían en algún lugar del mundo por unos días, tal como estaban acostumbrados”, le explicó a PERFIL una fuente cercana a la pareja.
Agosto, precisamente, fue un mes muy movido para la colombiana. Con el éxito del himno mundialista Waka waka aún fresco, los primeros días del mes la encontraron grabando su último disco en Barcelona. Allí mismo rodaría el video de Loca, y aplacaría los rumores que la ligaban al futbolista español Gérard Piqué asistiendo a varios eventos sociales del brazo de Antonito. De la Rúa, en tanto, cumplía sus funciones como mánager sin desatender las obligaciones al frente del G2’s Investment Group, la sociedad dedicada a los negocios inmobiliarios que mantiene con los empresarios Todd Morley y David Conrod.
Con el tour Sale el sol ya en marcha, Shakira tuvo que volver una y otra vez a desmentir el romance con el defensor del Barcelona. El 25 de noviembre, durante una conferencia de prensa en tierra española, la cantante colombiana utilizó el humor para contestar una pregunta sobre el tema. “¿Piqué y yo juntos? ¡Eso sí que es un ‘waka-rumor’!”, bromeó.
Te aviso, te anuncio. La semana pasada, Shakira y Antonito de la Rúa habían hecho llegar un comunicado a la compañía discográfica y a las empresas con las que la colombiana mantiene contratos. En él se aclaraba que, pese a la ruptura sentimental, la sociedad comercial entre ellos se mantiene intacta. La señal más clara de que esto era así provino desde Biarritz, donde ambos se encontraban reunidos al momento en que la noticia se divulgó en todo el mundo, el lunes por la mañana.
Allí, en el lujoso Hotel du Palais, Antonito y Shakira repasaron la agenda que los mantendrá “trabajando de la mano y en constante comunicación”. Posiblemente, él la acompañe en su primera aparición pública post separación, el 23 de enero, en una gala en Niza. Y en marzo, será el turno de que la colombiana desembarque en Argentina para cumplir con los shows que tiene previstos en Salta, Córdoba y Buenos Aires. Casi se da por descontado que él estará junto a ella en la que serán las paradas más difíciles del tour.
En septiembre, en tanto, cuando la gira finalice y puedan tomarse un respiro, Shakira y Antonito podrán sentarse a conversar y definir el destino de ese impasse que ellos dicen haberle puesto a su pareja.
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